
Los pulpos tienen tres corazones.
Cuentan con tres corazones, dos de ellos, llamados ‘branquiales’, bombean la sangre pobre en oxígeno desde el cuerpo hasta las branquias, donde se oxigena. El tercero, llamado “sistémico”, se encuentra en la base del manto, cerca de la cabeza, y bombea la sangre ya oxigenada al resto del cuerpo.